Casi se me escapa este año sin enseñaros el último quilt que he acabado (tengo otro "a puntito").
De éste, estoy totalmente enamorada.
¿Puede ser más bonito?
Os diré como empezamos la relación.
Mi hijo se ha marchado a vivir fuera y quería ir ligero de equipaje. Así que trajo a casa una maleta con un montón de ropa que no pensaba usar.
Camisas, practicamente sin estrenar, y pantalones vaqueros.
Como estaba en racha, lo hice en un visto y no visto.
Se lo pensaba regalar a mi hijo pero se mostró reticente. Mi madre me dijo que lo podía adoptar temporalmente, y le empezaron a salir novios.
Ya está, sería un quilt viajero y lo compartiría.
Un pequeño intercambio: quien adoptara unos días el quilt, haría una casita y la pondría por detrás a modo de etiqueta.
Pero antes de empezar la ruta empezaron las incompatibilidades: había fechas en las que no podía estar en dos sitios a la vez.
En las fotos de abajo estoy en el taller de UFO's de Bea, en la primera hablando con su fraile.
Así que las familias adoptantes se han ofrecido a hacer una casita en cualquiera de los casos.
Son malas fechas, de momento solo está mi casita que ya le he dicho al fotógrafo que no le sacara un primer plano porque no me gusta y la voy a repetir.
Ya le he paseado por varias casas, también lo llevé a la última kedada, ahora le tengo en un sofá y me encanta mirarle, lo que os digo, que estoy enamorada.
Pero yo expreso mis sentimientos, no os creáis que me reprimo.
Lo mismo hay alguien celoso. Si es así, que lo diga.
Hoy es el último día de un año que para mi ha sido muy triste.
Estoy segura que 2017 solo va a traer cosas estupendas.
Os lo deseo de corazón a todos.
Y sigo coso que te coso...